Value Based Healthcare, de la teoría a la práctica

Como implementar Value Based Healthcare

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Value Based Healthcare, de la teoría a la práctica

El Value Based Healthcare (VBHC) tiene como objetivo generar el máximo valor posible en el tratamiento a cada paciente, siendo la estandarización en la medición de dicho valor el primer paso para hacerlo posible. En este proceso, la recogida, tratamiento y explotación de datos, así como la correcta definición, implantación y uso de las tecnologías de la información se presentan críticas en cómo implementar VBHC en cualquier patología y su tratamiento. Sin embargo, existe actualmente una importante brecha entre la idea y su puesta en marcha.

Llamado a transformar los sistemas de salud

El sector farmacéutico está siempre a la vanguardia de la innovación tecnológica, adoptando ideas y conceptos innovadores derivados de la transformación digital, como es el caso del value based healthcare (VBHC) o la medición de resultados en salud. Fue introducido originalmente por Michael Porter y Elisabeth Teinsberg en su libro “Redefining Health Care: Creating Value-based Competition on Results” (2006). Este enfoque es la base sobre la que descansa lo que probablemente esté llamado a transformar los sistemas de salud actuales.

Definirlo es sencillo: identificación del valor efectivo entregado al paciente, siendo éste la relación entre los resultados relevantes para el paciente y los costes asociados a todo el proceso asistencial.

A partir de un modelo actual centrado en el volumen de servicios sanitarios como medidor del éxito de un sistema de salud (y consecuentemente el pago por proceso), una atención reactiva y escasos análisis de los resultados obtenidos desde el punto de vista del paciente. La medicina basada en resultados nos guía hacia un paciente que, siendo el centro del sistema, valora los resultados positivos que el tratamiento ha tenido sobre su enfermedad y su calidad de vida.

De este modo se promueven los resultados reportados por los propios pacientes como parte de los indicadores de salud, priorizando la calidad frente a la cantidad.

¿Por qué ahora?

La sostenibilidad de los sistemas de salud nos conduce a una búsqueda de mayor eficiencia en la gestión y gasto de nuestra salud. Además, el paciente exige ahora tener las mismas oportunidades de curación que el resto. Por lo que, necesita conocer (y por lo tanto medir) la calidad de los tratamientos clínicos de los proveedores de salud.

Asimismo, en los últimos años se han definido muchos estándares clínicos para la recogida sistemática de datos, siendo ICHOM (International Consortium for Health Outcomes Measurements) una referencia en la creación de los standard sets. Estos permiten la recolección sistemática y estandarizada de información por patología y la posterior comparativa de resultados. Igualmente, la recogida, tratamiento y explotación de datos ha evolucionado gracias a avanzadas herramientas tecnológicas que permiten la medición de los resultados.

En cuanto al grado de implantación efectiva de los modelos sanitarios basados en resultados, la situación varía según el país. Holanda y los países escandinavos cuentan con muchos centros con este sistema incorporado a su gestión. En España, se están llevando a cabo desde el sector público iniciativas más o menos aisladas desde el Sergas, Osakidetza o la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Y desde la industria, ejemplos como un proyecto de medicina basada en resultados en cataratas a nivel europeo de Johnson & Johnson Vision.

como implementar VBHC

Cómo implementar VBHC: la práctica

Existe por lo tanto una brecha importante entre la teoría y la práctica de las iniciativas Value Based Healthcare en la actualidad. Para minimizarlo, nacen potentes herramientas que permiten tanto la recogida sistemática y procedimentada de los datos clínicos (CROM) como los reportados por el paciente (PROM Y PREM) en un entorno de evidencia real.

Este tipo de soluciones dan una respuesta integral para aterrizar de forma efectiva cualquier proyecto de VBHC porque abordan los tres principales factores que consideramos críticos:

Actitud ante la transparencia: El primer paso debe estar orientado a gestionar el cambio entre todos los involucrados, desde el profesional sanitario hasta el gestor último del proceso asistencial.

Gestión de datos personales: El conjunto de datos recabados por cada individuo debe ser tratado con el mismo cuidado que el propio paciente. Para lo que una vez más entran en juego soluciones innovadoras que recojan de forma autónoma el consentimiento del paciente y cumplan con todos los estándares de RGPD.

Tecnologías de la información: Detrás de cómo implementar VBHC de manera efectiva residen los sistemas de información. La tecnología proporciona transversalmente todos los mecanismos necesarios para cubrir las necesidades descritas hasta este momento. Un sistema de recogida de información normalizado, robusto y en cloud, donde la experiencia de usuario sea el eje sobre el que pivote su diseño. Una integración lo más síncrona posible con los sistemas informáticos hospitalarios, especialmente la historia clínica electrónica, para que la recogida de datos sea lo más automática y exponencial posible. Y por último, una infraestructura sólida y escalable que proporcione los más altos estándares de seguridad y tratamiento de datos que generen la confianza necesaria para facilitar el proceso de decisión.

La clave de cómo implementar VBHC la encontramos en la integración con los sistemas informáticos de una herramienta que use las más avanzadas técnicas de Data Science y específicamente diseñada para la recopilación masiva de datos estandarizados.

Esto potencia el empoderamiento del paciente democratizando la recogida de datos clave y aportando información de valor para facilitar la toma de decisiones con respecto a su patología. Pasar de la teoría a la práctica en la implementación de un modelo basado en resultados de salud requiere de un equilibrio entre todos estos factores. 

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